El trastorno límite de la personalidad, hace referencia a un patrón generalizado de desregulación emocional o inestabilidad que se extiende a diferentes áreas de la vida de la persona.
¿Qué es la desregulación emocional? La desregulación emocional hace referencia a la inestabilidad afectiva con la que convive la persona, cuya experiencia emocional se caracteriza por:
- Una alta sensibilidad a los estímulos, siendo el umbral de tolerancia a estímulos emocionalmente difíciles más bajo de tal modo que generan un mayor sufrimiento y estrés que a otras personas.
- Una alta reactividad emocional. Las personas con inestabilidad emocional pueden sufrir un aumento en la intensidad de la emoción y del malestar muy rápido, sienten que pasan de 0 a 100. Esta reacción emocional tan intensa, se acompaña de la desregulación a nivel cognitivo, fisiológica y conductual. Marsha Linehan, habla de esta experiencia como la de una persona que ha sufrido quemaduras de tercer grado, a la que un pequeño movimiento o una pequeña mota de polvo le genera mucho dolor.
- Un lento retorno a la calma o línea base tras el pico de tensión o estrés.
Esta desregulación emocional afecta a otras áreas de la vida de la persona, dándolo lugar a un patrón generalizado de desregulación:
¿Cómo afecta la desregulación emocional a las diferentes áreas de la vida de la persona?:
- A las relaciones sociales: las interacciones de la persona con inestabilidad emocional se caracterizan por ser algo caóticas, pues tienden a danzar entre la idealización y devaluación de las personas en función de pequeñas situaciones cotidianas; suelen ser muy sensibles a las señales de abandono, pudiendo llegar a hacer cualquier cosa para que este no se dé, incluso cuando eso pasa por permanecer en relaciones dañinas; y las situaciones de crisis emocionales y los problemas en la regulación de la ira, pueden generar situaciones conflictivas dentro de sus relaciones.
- A la identidad: las emociones juegan un papel importante en el desarrollo de la identidad, pues me indican qué me gusta, qué no, cómo me percibo, etc. Sin embargo, cuando nuestras emociones son inestables y arrolladoras, aquello que me gusta o percibo varía en función de mi estado de ánimo, que al ser también cambiante, genera una sensación de difusión de identidad, de no saber quién soy.
- Al pensamiento: al igual que sus emociones, los pensamientos pasan también de un extremo a otro y se caracterizan por ser dicotómicos (todo o nada). Estas cogniciones se ven influenciadas por el estado de ánimo cambiante.
- A nivel conductual: la persona que convive con este caos tiende a realizar conductas impulsivas, con las que intenta tolerar y reducir su malestar, pero que pueden poner en peligro su bienestar (consumo, conducción temeraria, relaciones sexuales de riesgo, autolesiones o ideación suicida)
La inestabilidad emocional genera sufrimiento y dolor en la persona que la vive, que tiene la sensación de surfear una gran ola que frecuentemente amenaza con tumbarle. La persona con inestabilidad emocional puede sentirse confusa, no se comprende y generalmente siente que nadie lo hace. Puede sentirse perdida o como un «bicho raro´´.
Mostrar compasión por nuestras emociones y las de otras personas y validarlas, es siempre de gran ayuda.
Bibliografía:
- «Terapia Dialéctico Conductual´´, Juan Pablo Boggiano y Pablo Gagliesi.
- «Manual de tratamiento de los trastornos de personalidad límite´´, Marsha Linehan.
- «Diamantes en bruto´´, Dolores Mosquera,