Servicios
Psicoterapia
Psicoterapia online y presencial con población joven y adulta.
Grupos terapéuticos
Grupos terapéuticos de autoestima, regulación emocional, habilidades sociales, etc.
Charlas, talleres y formaciones
Charlas o talleres en asociaciones o entidades, tanto para población general como profesionales.
Psicoterapia
¿Qué es la psicoterapia?
La psicoterapia es un proceso de aceptación y cambio que se da en el marco de una relación: la relación terapéutica. En ella se genera un intercambio constante de información (verbal y no verbal) y que proporciona el contexto idóneo en el que germina el cambio, la aceptación, la autocompasión, el autodescubrimiento o la comprensión. Esta relación se va a caracterizar por:
- Ser una relación de colaboración, en la que ambas partes poseen información y sabiduría relevante para conseguir que el o la paciente pueda caminar hacia la mejoría.
- Generar un clima de apertura, de curiosidad genuina por intentar comprender mejor lo que le ocurre a la persona y qué necesita, sin juicios, desde una mirada amable y de aceptación.
- Ser más que la suma de las partes, pues la relación terapéutica va más allá de las dos personas que la forman, en ella se crea un espacio de seguridad en el que el/la paciente puede sentirse libre de expresarse y de ser.
- Ser una relación de co-construcción, en la que ambas partes proponen objetivos, hipótesis, caminos a seguir o a descartar, cambios necesarios o aspectos a mantener. La comunicación sobre lo que sentimos respecto a la terapia es esencial tanto en paciente como terapeuta para que pueda fluir.
- Ser una relación en la que el/la paciente pueda sentirse sentido/a, escuchado/a, visto/a por otra persona tal y como es, pueda permitirse mostrarse sin miedo al juicio o a la desaprobación. Es aquí donde aparece la clave de la curación, pues poco a poco el o la paciente podrá sentirse, escucharse y mirarse.
«Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma sea apenas otra alma humana´´. Carl G. Jung.
FAQ
Preguntas frecuentes
Cuando una persona contacta conmigo, en primer lugar, intento recoger algo de información por teléfono antes de vernos, así podremos decidir si te puedo ayudar o si otro/a profesional sería más adecuado/a para ti. En caso de decidir trabajar juntos/as, te daré una primera cita.
En la primera sesión, nos conoceremos y hablaremos sobre el motivo de tu consulta. Seguramente te preguntaré sobre aquello que te trae aquí, desde cuándo te ocurre, de qué forma, qué te ha ayudado hasta ahora, etc. Además, me gustaría poder conocerte más allá del problema que te ha hecho venir, así que hablaremos también de tu historia, de tu familia y de tu contexto actual. A final de esta sesión, te explicaré cómo trabajo, chequearemos cómo te has sentido, pues es esencial que puedas estar cómodo/a en la relación conmigo, y podrás preguntar dudas sobre la terapia. Seguramente, en las dos siguientes sesiones continuaremos con esta primera parte de evaluación y puede que te pase algún cuestionario si lo consideramos relevante. En esta fase plantearemos los objetivos terapéuticos, que tendremos en mente para guiar las sesiones de intervención, y que por supuesto serán revisados y modificados conforme avance la terapia.
Tras estas primeras sesiones de evaluación, comenzaremos con la intervención. La intervención se adaptará a los objetivos planteados y a la información recogida en la evaluación, por lo que siempre va a ser diferente en cada persona. A lo largo de la intervención, te proporcionaré estrategias de regulación emocional; descubriremos patrones de conducta disfuncionales que utilizamos repetidamente y buscaremos estrategias más adaptativas; nos plantearemos pequeños objetivos para llegar a otros más importantes; nos acercaremos a tu historia de vida y a aquellas experiencias sobre las que necesitemos trabajar; etc.
Al principio de la terapia, por lo general, las sesiones serán semanales. Cuando te encuentres mejor y vayamos acercándonos a los objetivos marcados, se espaciarán quincenales y luego mensuales, hasta llegar al alta terapéutica.
Tras la pandemia, la psicoterapia online ha vivido un gran auge. Aunque algunas personas éramos un poco reticentes a ella, muchas nos hemos sorprendido por su buen funcionamiento. Desde luego, sigue habiendo personas que prefieren la presencialidad, sobre todo en el caso de la población infantil, sin embargo, la terapia online presenta alguna ventaja a tener en cuenta:
- Es más fácil adaptar nuestros horarios para encontrar un espacio en el que realizarla, pues no dedicaríamos tiempo al desplazamiento. Esto es útil especialmente para personas que tienen poco tiempo, por trabajo, estudios, conciliación, etc.
- Es más económica al no tener que desplazarte en caso de que no vivas en la misma población que tu terapeuta.
- Puedes tener a mano aquellos elementos que habitualmente te ayudan a regularte y a sentirte seguro/a cuando te encuentras peor.
- En un mundo de mascarillas y distancia de seguridad, vernos a través de la pantalla nos permite conocernos mejor.
Algunas recomendaciones para que la terapia online sea mejor y más cómoda son:
- Busca un espacio de tu casa cómodo y agradable.
- Realiza un pequeño ritual antes de iniciar la sesión que te ayude a salir del «modo casa´´, para entrar en el «modo terapia´´.
- Tómate un tiempo al acabar la sesión, no te pongas directamente a hacer otra tarea en casa.
Aunque no es lo habitual, es algo que puede ocurrir, sobre todo en personas que suelen evitar o reprimir ciertas emociones, sensaciones o recuerdos. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Si te ocurre, házselo saber a tu terapeuta para que pueda darte herramientas que te ayuden a sostener ese malestar y adaptar la terapia al ritmo que necesitas.
Esto es algo muy variable y difícil de predecir. Hay casos en los que puede durar unos 6 meses otros en los que se puede alargar años, todo dependerá del malestar con el que conviva la persona y los objetivos terapéuticos marcados. Es importante poder adaptar el tiempo de tratamiento a las necesidades de cada caso.
El proceso de tratamiento y mejoría no es lineal, sino que se espera que haya momentos de mejoría y también de empeoramiento antes de llegar al alta terapéutica. Cuando tras un tiempo de mejorías se da una recaída, la persona puede sentir cierta desesperanza y miedo a retroceder, sin embargo, nunca volvemos al inicio. De hecho, como dice Marsha Linehan, es un buen momento para «hacer limonada a partir de los limones´´, es decir, vamos a aprender de la recaída para poder aumentar nuestro auto-conocimiento, desarrollar nuevas habilidades o marcar nuevas líneas de trabajo. Además, que haya momentos de crisis durante el proceso terapéutico, nos da la oportunidad de aprender a manejarlos por si vuelven a suceder tras el alta.